¡Qué rápido pasa el tiempo! ¡Has llegado al término de la gestación! Ten presente que el parto puede acontecer en cualquier momento. Estás en el noveno mes de embarazo, prepárate para recibir a tu bebé.
Veamos qué ocurre en el cuerpito de tu pequeñuelo y en el tuyo durante este período que comprende las semanas 37, 38, 39 y 40. Muchas mujeres no llegan hasta la semana 40 y otras la superan una o dos semanas más, pero es el punto justo de la gestación.
Semana 37
- En la trigésimo séptima semana de embarazo, el feto mide, por lo general, casi 3 kilos y mide 47 centímetros.
- Si ya se ha dado vuelta, la cabeza se encaja en el canal de parto, entre los huesos pélvicos. De lo contrario, posiblemente haya que practicar una cesárea o bien la partera realice ciertos masajes en el abdomen de la mujer (siempre bajo estricto control médico) que permiten al bebé darse vuelta, aunque resulta difícil que lo haga si ya está encajado de pies o de nalgas (se estima que sólo un 3 por ciento de los bebés se ubica de ese modo). Igualmente, no desesperes, ya que muchos se ubican boca abajo incluso momentos antes del parto.
- Los huesos del cráneo quedan flexibles para adaptarse a su salida por la vagina hacia el mundo exterior.
Semana 38
- El peso del chiquito es de 3 kilos o un poco más, mientras que de largo ronda los 50 centímetros. Te encuentras en el noveno mes de embarazo, prepárate para recibir a tu bebé. Recuerda que en cualquiera de estos siete días también puede ocurrir el milagro.
- Sus órganos y sistemas ya están desarrollados totalmente y funcionan de manera independiente, excepto los pulmones, que completan su desarrolla durante o inmediatamente después del parto.
- Forma una capa de grasa subdérmica que lo ayuda a conservar la temperatura corporal una vez nacido y durante las primeras semanas.
- Incrementa los niveles hormonales, que contribuyen a mantener una presión sanguínea y grado de glucosa equilibrados.
- Adopta mayor tono muscular.
Semana 39
- En esta instancia, el bebé ya está en 3 kilos y 250 gramos aproximadamente, a la vez que mide alrededor de 52 centímetros desde la coronilla hasta los dedos de los pies. De todos modos, es normal también que pese entre 2,5 y 3,8 kilogramos.
- El vérnix caseoso (capa de grasa que cubre y protege la piel) disminuye, se reabsorbe y queda un poco en brazos, piernas y pliegues. Por ello el líquido amniótico se opaca.
- Los rasgos de su rostro ya están bien definidos. Muchas personas que ven la fotografía hasta dicen identificar a quién se parece más, si a papá, a mamá o a algún hermanito. Claro indicio del noveno mes, prepárate para recibir a tu bebé.
Semana 40
Y en esta instancia nos preguntamos: ¿aún te encuentras en la dulce espera y no puedes más de la ansiedad? ¿O el momento ya ha llegado y tienes a tu bebé entre tus brazos, amamantándolo y tratando de creer cómo ese ser hermoso ha estado dentro de ti durante 9 meses?
Si aún no has dado a luz, estás a muy poco de ello. Ten presente que el parto podría incluso retrasarse hasta la semana 42, más tarde exigiría la intervención del médico. Veamos qué ocurre en la semana 40, el último tramo en el camino de la gestación.
- Ya en este punto el bebé no crece más, su desarrollo está a término. Mide aproximadamente 52 centímetros y puede llegar a pesar entre 3 y 4 kilos, lo cual a veces depende del sexo del feto (los varones suelen ser más grandes) y de la carga hereditaria que traiga consigo de sus papás.
- El lanugo (vello fino que cubre la piel) desaparece.
- El bebé refuerza sus defensas a través de los anticuerpos que le brinda la madre.
- Aunque muchos bebés nacen pelados, otros tienen bastante cabello y uñas largas.
- Los huesos de su cráneo ya están a término en el proceso de gestación, pero no para la vida externa, porque aún se encuentran separados para facilitar la salida por el canal de parto. Meses después del nacimiento, se cerrarán.
Tus sensaciones, emociones, ansiedades, dolores
Noveno mes de embarazo, prepárate para recibir a tu bebé. No es difícil imaginar la cantidad de sentimientos, preguntas e inquietudes que te invaden en esta etapa de embarazo, cuando literalmente, tu hijo está por asomar la cabeza a la vida social. Por eso los cambios que puedas experimentar entre las otras semanas del noveno mes y ésta, podríamos resumirlos en “ansiedad”.
- Tu ginecólogo u obstetra te realizará pruebas cada pocos días para comprobar las condiciones en las que, en relación al bebé, se encuentran su oxigenación, pulsaciones, ritmo cardíaco, cordón umbilical, posición, entre otra información relevante. Y además para cerciorarse de que tú también estés óptima: necesita saber cómo se encuentran la placenta, el útero, el cuello uterino y el canal de parto.
- Disfruta de las últimas pataditas de tu bebé dentro de ti. Para estimularlo, bebe zumo dulce o come galletas dulces. Le genera mucho placer y lo energiza.
- De acuerdo al protocolo de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la gestante de bajo riesgo se somete esta semana al test basal, un monitoreo sencillo y no invasivo que tiene por objetivo medir con mayor precisión la frecuencia cardíaca del feto y sus variaciones. En caso de que el profesional que realiza el examen note que hay sufrimiento fetal, puede llevar a la madre para inducir el parto o practicar cesárea.
- Llegado el momento del parto, sentirás contracciones más fuertes y repetidas. Estarás a punto si observas que a lo largo de una hora, las tienes cada cinco minutos.
- Al romper el saco gestacional, expulsarás líquido amniótico, el cual si es claro indica que es normal, pero si es verdoso puede ser signo de sufrimiento fetal y por lo tanto debes acudir de inmediato a la maternidad.
- Teniendo en cuenta que ya estás en la semana 40 del noveno mes de embarazo, prepárate para recibir a tu bebé. Al momento del parto, quienes te asistan te realizarán varias exploraciones o “tactos” para verificar el nivel de dilatación que tiene tu cuello uterino. Si has llegado a 10, es momento de ir a la sala de parto y pujar. ¡Felicitaciones, mamá y papá!