A poco de la búsqueda, tal vez acudas a la farmacia para comprar el test de embarazo, ese pequeño dispositivo que genera en las parejas -especialmente en la mujer- tanta ansiedad por algunos minutos y tantas emociones encontradas después. O quizás vayas directamente al centro de salud a hacerte un análisis de sangre, pasando por alto el test o para que no te quede ninguna duda sobre si en tu vientre se está gestando tu niño o niña.
¿Qué hay dentro de ti?
Un embarazo se completa entre las 38 y las 40 semanas de gestación, que se cuentan a partir del primer día del último período menstrual. El primer mes comprende las primeras seis semanas (no las primeras cuatro, como se podría suponer), ya que se considera que en las primeras dos todavía no hay embarazo debido a que has ovulado y, por lo tanto, tu bebé ha sido concebido dentro de hasta dos semanas después del primer día de la última menstruación. De todos modos, la cuenta de embarazo también incluye esas dos semanas.
Ya al día siguiente de que el espermatozoide fecunda al óvulo, éste se divide y seguirá haciéndolo los siguientes días, formándose el blastocito (como una bola), el cual está formado por gran cantidad de células que se dividirán en dos grupos: por un lado, las que se transformarán en el aro externo, es decir, la placenta, que es donde el bebé “habitará” hasta su nacimiento; y por otro lado, las que formarán el aro interno, es decir, lo que pronto se convertirá ni más ni menos que en el embrión/feto/bebé.
Si ya hubieses confirmado tu gravidez, con seguridad te preguntarás qué pasa en tu cuerpo en el primer mes de embarazo, qué hay dentro de ti: las primeras seis semanas después de la fecundación, lo que más adelante será un feto es apenas un embrión o cigoto, es decir, un óvulo fecundado que desciende por las trompas de Falopio y se implanta en la cavidad uterina. Para decirlo con una metáfora poética, en esta instancia el futuro bebé es como la semilla que pronto se hará capullo y finalmente flor.
Cuatro semanas después de la concepción, el niño ya empieza a formar sus órganos vitales, como el corazón y el estómago, y también el sistema nervioso. Si bien los ojos, la boca y los miembros todavía no están, inicia el desarrollo de los órganos sensoriales.
El embrión ya flota en el líquido amniótico que contiene la placenta, unido a su mamá a través del cordón umbilical, que está en pleno desarrollo.
El futuro niño o niña mide entre 2 y 5 milímetros al finalizar el primer mes de gestación (del tamaño de un grano de arroz), y su cabeza será mucho más grande que el tronco.
Los cambios
Cuando la mujer queda embarazada, los cambios que experimenta son múltiples, tanto a nivel físico como emocional. Las hormonas se revolucionan a más no poder, y hay una que es específica del embarazo, la responsable de tantas modificaciones: la gonadotropina coriónica humana (GCH).
Náuseas y vómitos, más sueño y cansancio, aumento del tamaño de los senos y mayor sensibilidad, más ganas de orinar, aparición de acné, piel más luminosa, dolor en las piernas y en las caderas, olfato agudizado, acidez estomacal, variación del apetito, antojos de ciertas comidas y asco de otras, son algunos de los síntomas que pueden aparecer en el orden físico (no necesariamente todos juntos).
En el orden emocional, los cambios de humor son notables, se puede pasar de la risa al llanto en cuestión de minutos, como así también son comunes los enojos repentinos, el estrés y la ansiedad. Es decir, ¡muchas veces estarás insoportable! Y lamentamos decirte que esto podría llegar a durar durante todo el período gestacional.
Aquí tienes las principales respuestas a la pregunta: ¿qué pasa en tu cuerpo en el primer mes de embarazo? ¡Pues tantas cosas!
Riesgo de aborto espontáneo
Aproximadamente un 20 por ciento de mujeres que se encuentran en estado de gravidez (una de cada cinco) puede perder el embarazo de forma espontánea, lo cual podría ocurrir por múltiples motivos, algunos de ellos difíciles de determinar. El período más riesgoso en este sentido son los primeros tres meses, por lo cual son tan importantes las visitas regulares al ginecólogo y la posibilidad de sacarse todas las dudas.
Es lógico que la pareja que deseaba con todo su ser que ese bebé llegue a sus vidas sienta que el mundo se derrumba tras experimentar la dolorosa e involuntaria pérdida. Situación que se complejiza más porque actualmente es posible enterarse de un embarazo al día siguiente de la primera falta de la regla, lo cual extiende por más tiempo la ilusión.
Un aborto natural ocurre antes de las 20 semanas de embarazo, luego de ese lapso la pérdida se considera muerte fetal. Es muy común el aborto espontáneo, y lo contradictorio es que hoy en día existe la tecnología necesaria como para enterarse de un embarazo, pero no tanta como para impedir su interrupción involuntaria.
Veamos qué pasa en tu cuerpo en el primer mes de embarazo cuando la pérdida del embrión o del feto acontece. Hay síntomas que no siempre tienen ese horrible desenlace: puede presentarse metrorragia (abundante sangrado vaginal con coágulos) y dolores abdominales mucho más fuertes que los que se presentan normalmente el primer día de menstruación. Luego esto se confirmará en el consultorio médico con la realización de una ecografía.
Existen los abortos precoces, que son la mayoría y se producen antes de las doce semanas de gestación; y los abortos tardíos, que ocurren entre las semanas 12 y 20, y requieren atención médica especial porque la vida de la gestante podría correr riesgo.